martes, 7 de enero de 2014

Inmoralidad Sexual. Levítico 15.

Cuando hablamos de inmoralidad sexual siempre creemos que es adulterio, violaciones o cosas por ese estilo. Pero sin necesidad de llegar a esos extremos de pecado los seres humanos estamos expuestos a ser inmorales en cuanto a la sexualidad.
El pecado sexual comienza en la mente, los seres humanos somos cuerpo, alma y espíritu. Como cristianos por lo general siempre estamos preocupados solo por nuestra parte espiritual y nuestra alma ya que consideramos que es ella la que se condena o se salva.
A muchos cristianos se nos olvida que el alma es la que maneja nuestra parte emocional, nuestros sentimientos, pero principalmente el  alma maneja nuestra parte mental es decir nuestros pensamientos.
El semen y la sangre en condiciones normales son generadores de vida.  Deuteronomio 12: 23 “Solamente que te mantengas firme en no comer sangre; porque la sangre es la vida, y no comerás la vida juntamente con su carne
En condiciones anormales estos elementos se pueden convertir en inmundicia en nuestro cuerpo. Flujo de semen. Levítico 15: 2 “Hablad a los hijos de Israel y decidles: Cualquier varón, cuando tuviere flujo de semen, será inmundo.” Menstruación. Levítico 15: 19 “Cuando la mujer tuviere flujo de sangre, y su flujo fuere en su cuerpo, siete días estará apartada; y cualquiera que la tocare será inmundo hasta la noche.
No era la sangre lo que producía inmundicia, era una mala higiene en el cuerpo lo que contaminaba y producía infecciones. V 21 “Y cualquiera que tocare su cama, lavará sus vestidos, y después de lavarse con agua, será inmundo hasta la noche.
No era el semen lo que producía impureza, era las condiciones anormales en la que se efectuaba la eyaculación. Cuando el semen no era para generar vida. Génesis 38: 9-10 “Y sabiendo Onán que la descendencia no había de ser suya, sucedía que cuando se llegaba a la mujer de su hermano, vertía en tierra, por no dar descendencia a su hermano.  38:10 Y desagradó en ojos de Jehová lo que hacía, y a él también le quitó la vida.
La masturbación, las emisiones nocturnas pueden constituirse en flujos anormales que causan inmundicia.
Estos flujos pueden ser producto de nuestra mente; ¿pero que puede estimular a nuestra mente para que los produzca?
1. Lo que vemos. Nuestros ojos son el canal entre el mundo y nuestra mente.
2. Lo que oímos. La televisión y las personas con quien nos relacionamos pueden influir de manera importante en nuestra forma de pensar.
3. Deseos reprimidos. La insatisfacción en la pareja puede producir necesidades en nuestro cuerpo que Satanás utiliza para incitar a tener prácticas no agradables a Dios.  1 Corintios 7: 5 “No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.
Estos flujos sin una buena práctica de higiénica producen infecciones y diversas enfermedades, es por eso que la palabra de Dios y ahora también los médicos recomiendan mantener una higiene adecuada después y antes de cualquier contacto físico en la pareja. V 18 “Y cuando un hombre yaciere con una mujer y tuviere emisión de semen, ambos se lavarán con agua, y serán inmundos hasta la noche
Lo único que podía limpiar y purificar a una persona era teniendo una buena relación con Dios, en la antigüedad se lo conseguía a través de sacrificios u ofrendas de animales. V 14 “Y el octavo día tomará dos tórtolas o dos palominos, y vendrá delante de Jehová a la puerta del tabernáculo de reunión, y los dará al sacerdote;

Hoy en día la uniforma que tenemos para ser purificados es Jesucristo, y la única forma de no permitir que nuestra mente sea utilizada por las tentaciones de Satanás es manteniéndola ocupada con la palabra de Dios.



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